martes, 11 de agosto de 2009

Memoria de un basurero*

Me gusta sentarme a pensar, que algún día tendré una boina de esas a cuadros, una pipa y posiblemente un monóculo, sobre una silla alta y uno de esos que usan para decir “acción” en el cine, una camisa y un abrigo largo y negro, zapatillas blancas y pantalón verde o rojo.
Poder pensar que dirigiré mis acciones como cuadros y actos, elegir quien entra, quien sale, quien baila, quien besa, quien ama, quien piensa, que piensan, donde voy, donde estoy y con quien, sería uno de esos directores presentes, aunque fuera un mal actor no importaría porque el reparto lo hago yo.
En mi historia sería todo lo contrario a lo que soy, lo que siempre he querido ser, un tipo simpático, con estilo y guapo, el maquillaje hará la magia, un escritor reconocido y extrañamente no de esos excéntricos, cercano al lector, cuando alguien leyera un beso sentiría la humedad de estos en sus labios, un apretón de mano entregaría la tibieza propia de un fogón amable. Tendría una mujer tierna y simpática, que me saludara con gesto alegre y beso de boca cerrada, mi labia sería fenomenal no habría nudos de garganta impidiendo escupir mis sentimientos. Caminaría todas las tardes junto a ella, de las manos suavemente tomadas y cuando ella parpadeara aparecería una flor entre nuestras palmas, de color hermoso, extravagante y complaciente. Caería una lluvia delgada cada cuatro días y nevaría una vez al mes y los otros días un agradable nublado con exquisitos veintitrés punto cinco grados y un suave viento primaveral.
Llegaría después del trabajo, o de diseñar mi vida si prefieren, con una botella de vino, lo serviríamos en copas grandes y pulcras, beberíamos la botella completa e iríamos a la cama, nos besaremos (ya no a boca cerrada) y dormiremos abrazados junto al amor.
En las mañanas llevare para ti, yogurt con cereales, tostadas con nutella y miel, galletas y jugo de frambuesas frescas. Lo veo y me ruborizo, tanto cariño entre nosotros seria fabuloso, hermoso, sublime.
Los días de lluvia saldríamos a caminar, empaparíamos nuestros pies, llegaríamos jadeantes y mojados a dejar los abrigos frente a la chimenea, Pareceremos dos estúpidos enamorados y la verdad es que solo seremos dos enamorados atolondrados, pero eso no importara nada, yo inventare el que pensaran los otros y ellos nos envidiaran.
Pero, siempre existen éstos, mi imaginación no podrá cambiar su semblante macabro, con atisbos de inferioridad, comenzaré a maquinar la forma de finalizar lo que yo mismo comencé y asemejada a la nieve de varios meses juntos caería sobre mí y concluiría con el aplastamiento a la fantástica ilusión que hubo.
Mi mediocridad comenzará a aflorar por cada poro, toda mi piel expelerá ese asqueroso olor de moho y orines que trae la miseria, el sucio e inajenable conformismo, mi analfabeta condición mental y las infidelidades de mi idílica pareja imaginaria, soy un cineasta del vacío, un filósofo de la pena, un cerdo en su porqueriza.

*Basurero: Sitio en donde se arroja y amontona la basura

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